El griego enseña al alumnado las bases de su propia cultura y de su lengua.
Por tanto, en este mundo de reguetón, resulta difícil, inútil y prescindible.
De modo que durante este curso no se impartirá.
Esperamos recuperarla pronto.
Así también los que introducen sus enseñanzas por las ciudades para venderlas al por mayor o al por menor a quien quiera comprarlas, elogian todo lo que venden; y seguramente algunos también desconocerán lo que es bueno o nocivo para el alma de aquello que venden. E igualmente lo desconocerán los compradores, a no ser que, por casualidad, se encuentre por allí un médico del alma. Así que, si tú sabes con certeza si esas mercancías son útiles o nocivas, entonces puedes comprar sin riesgo las enseñanzas de cualquiera. Pero, si no, ten cuidado y no corras riesgos con lo más precioso, porque es mucho más peligroso comprar enseñanzas que comprar alimentos. Pues quien compra comestibles o bebidas a un mercader o a un tendero, puede llevárselas en vasijas y pedir consejo a los entendidos en comida y en bebida sobre si pueden comerse y beberse o no, y cuánto y cuándo, antes de comer o beber lo que ha comprado. De modo que no se corre demasiado peligro al comprar. Pero las enseñanzas no se pueden transportar en una vasija, sino que, cuando se ha pagado por ellas, hay que llevarlas en la propia alma y sufrir el daño o disfrutar del beneficio que puedan provocar. Platón. Protágoras |